La representación del robot como un ser sensible

En el relato de Robbie de Isaac Asimov, 1940, se encuentra una representación del robot como un ser sensible con emoción en las interacciones que tiene Gloria con Robbie. A pesar de que esta perspectiva es subjetiva a Gloria exclusivamente, su presencia en el relato marca la potencia de la Inteligencia artificial en influir en las emociones humanas. Gloria pasa por distintos estados de ánimo a lo largo del relato y casi cada uno de ellos está debido al impacto de Robbie (Su compañía, la separación, la búsqueda y el encuentro).


La inteligencia artificial puede influir y manipular las emociones del ser humano, pero siempre hay que recordarse de que la IA no está independiente ya que está programada principalmente por humanos y obtiene su conocimiento y lo desarrolla a través de recursos humanos y interaccionéis con humanos. Aquí surge la pregunta, ¿Este influjo es AI-Ser humano? O el IA es solamente una estación por la que pasa un influjo humano-humano: es decir un influjo humano-IA-humano. 


En la película A.I. Artificial Intelligence dirigida por Steven Spielberg, el robot David gana su independencia intelectual y emocional. La independencia transforma a un robot como Robbie de una estación por la cual pasa este influjo emocional a ser una fuente de ello, como David “You found a fairy tail and inspired by love, fueled by desire, went on a journey to make it real, and most remarkable of all: no one told you how” (0:01:41). Esta independencia invoca la cuestión moral “If a robot could geniuenly love a person, what responsibility does that person hold towards the robot in return?” (0:06:00-0:07:00).

https://youtu.be/lf7OVkPy72Y?si=C6pbm5Y8rN7ur-DQ

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